El mundo evoluciona generalmente a mejor, pero no siempre… La prueba más clara es cómo vive el fan del siglo XXI los conciertos de sus grupos favoritos. Hablamos de concierto, pero podríamos hablar de las fiestas patronales, de los eventos deportivos, de eventos reinvindicativos… Y el cómo los vive espontáneamente, sin presión externa, es, exactamente, como nunca habría imaginado Orwell: con una cámara en la mano, constantemente.

Hay millones de ejemplos, pero a veces ponerlos gráficamente, da una idea de la magnitud del desastre:

 

Cómo se vive una de las canciones más emblemáticas de uno de los grupos que más pasiones mueve en uno de los recintos más grandes para este tipo de conciertos que se puede encontrar en España. El mejor riff de bajo de la década y uno de los mejores inicios de canción de rock destrozados por un público distópico:

Hysteria, Muse. Estadi Olimpic de Montjuic (Barcelona). 2013.

 

Cómo se vivía en concierto la misma canción hace 9 años, cuando se popularizó:

Cómo se vivía una canción con un comienzo similar en un concierto de un grupo de características similares hace, tan solo, 12 años:

Where the streets have no name, U2. Slane castle. Slane. Irlanda

 

En Black Mirror dicen que enseñan el presente, no un futuro distópico. Absolutamente cierto.