El exitoso experimento de un mundo sin patentes

Uno de los pilares fundamentales de la ciencia hacker se basa en la devolución de aquello que la ciencia genera a la sociedad en la cual se genera de forma inmediata y sin limitaciones. Hace ya algún tiempo escribiamos en otros lugares al respecto, pero se hace necesaria una aclaración específicamente dirigida al mundo de la ciencia. El primer motivo es contestar el comentario lanzado en un post anterior sobre la utilidad de las patentes como forma de financiar la propia actividad científica, actitud muy extendida en el mundo científico. La segunda razón de este post es tratar de promover otra actitud en el científico al respecto. Como mínimo aportar una visión alternativa sin entrar demasiado en la teoría, usando un ejemplo real y concreto. Un ejemplo de sobra conocido por todos los científicos.

Antes de nada un poco de contexto. La actitud del científico en general ante las patentes es la de gran parte del resto de gente dedicada a la innovación. Conseguir una patente es algo deseable. Algo completamente legítimo. No sólo son aceptables científicamente y útiles como promotoras de innovación, sino que son un objetivo científico. Sin embargo, como todo en el mundo de la ciencia, son un objetivo porque forman parte de lo exigible para conseguir financiación. Y quien exige eso es quien financia la ciencia. Y quien financia la ciencia tiene una mentalidad bastante diferente a la del propio científico. En los siguientes párrafos intentaré hacer ver que la actitud del científico ante la patente es exactamente la misma que ante las publicaciones Open Access o compartir los datos. Su aceptación dpende de en cuánto contribuyen a mantener la propia financiación. Sea por imperativo de la agencia financiadora o porque puntuan positivamente en los baremos de evaluación de proyectos.

Pero entremos en materia con la primera contradicción. La ciencia, tanto a nivel individual de cada grupo como a nivel institucional está aceptando el open access de forma muy rápida. No sólo, como decimos, por imperativo de las agencias financiadoras, sino por convencimiento de que el open access incrementa la accesibilidad y el impacto. Hasta el punto de que los guardianes de las esencias privativas, despues de dar la batalla y gracias a una oposición ideológica que comienza desde las ciencias duras (matemáticas, física…), empiezan a ver el Open Access como algo inevitable. El futuro de la publicación científica (sólo Plos One publica en estos momentos mas de 2000 articulos mensuales en abierto) pasa por el Open Access. Dos son los argumentos esgrimidos para que toda la ciencia, al menos toda aquella que es financiada con dinero público o de fundaciones, que es la mayoria, sea abierta. Quedémonos con ambos argumentos porque nos harán falta más adelante. El primer argumento es ideológico. Si la sociedad invierte en ciencia, la sociedad tiene derecho a acceder a esa ciencia sin pagar dos veces por ello y las instituciones defienden ese derecho de los ciudadanos que financian la ciencia. El segundo es utilitario. Publicar en abierto, al poder acceder todo el mundo, incrementa las posibilidades de que dicho hallazgo se conozca, se comparta y se reutilice. Es decir, incrementa el impacto del hallazgo y, en segunda instancia, la reputación del científico. Por estas dos razones, los cientificos se están moviendo masivamente al Open Access. Porque se lo exigen los que les financian y porque les interesa cientificamente.

Pero, ¿qué pasa con las patentes?… sorprendentemente pasa la contrario. Pero vamos a poner un ejemplo. El ejemplo de un exitoso experimento de un mundo sin patentes. Existe un mundo en que sus habitantes innovan a velocidades de vértigo (por poner un ejemplo pongo uno de los mios, pero vale cualquier tema). Las ideas no sólo no pueden ser mantenidas en secreto sino que se han de publicar con todo lujo de detalles si se quiere sobrevivir. Se han de publicar rápido, antes que los demás. Con la única ventaja de la experiencia previa, muy pocas veces con la ventaja de la posición. Y si existe posición es por el trabajo acumulado y la experiencia. El haber conseguido algo en un campo específico no asegura el éxito futuro a no ser que se mantenga el ritmo innovador. Y la remuneración depende no de la renta, no de la posición. No de un privilegio legal. Depende de la reputación. Ese mundo, como habréis adivinado es la propia ciencia. El científico depende, inicialmente, de tener capacidad de trabajo e ideas. Eso le reporta publicaciones. Las publicaciones, reputación (impacto, llamadlo como querais). La reputación le reporta financiación. Esa financiación depende hoy dia mayoritariamente de los organismos públicos y fundaciones pero en un futuro puede depender de ciudadanos anónimos, de asociaciones de pacientes, de filántropos, del crowdfunding… pero la forma será la misma. La reputación guiará la financiación. Si un científico para en seco de innovar en un plazo relativamente breve dejará de recibir dinero. Eso no sucede con una patente. Una patente asegura la posición por un plazo que, en la mayoria de los casos, es muy superior probablemente al de la vida útil del producto patentado. Obviamente hay cientificos que usan su posición, pero esa posición se la da la trayectoria, la experiencia y la tienen que pelear cada dia. Si yo me he dedicado toda la vida a la esclerosis multiple, tendré muestras, pacientes, experiencia, conocimientos, bases de datos, técnicas de inmunología, máquinas para inmunología, técnicos formados en inmunología… si me he dedicado toda la vida al cancer y ahora me quiero dedicar a la esclerosis multiple pues parto de una posición de desventaja pero puedo usar los recursos de los que dispongo para tratar, mediante una idea muy innovadora, de adelantar a aquellos mejor situados a priori. No hay barrera legal.

Todo el párrafo anterior resume una idea. Las patentes son monopolios cuya única razon de ser es utilitaria, premiar la innovación. Mejor dicho, premiar la innovación aplicada. Pero hay gente en el mundo dedicada a innovar por el mero hecho de innovar, de saber más (o ayudar al prójimo o mantenerse motivado, lo que sea). Y esa gente, sin ganar más dinero por restringir sus hallazgos y forzada a publicarlos, innova y genera nuevos conocimientos a grandísima velocidad (mucho mas desde luego que la generación de nuevos fármacos, por poner un ejemplo clásico de mercado privativo). No sólo eso, sino que a esa gente, la aparición de restricciones al conocimiento (sean las publicaciones privativas o sean las propias patentes de productos científicos) le supone trabas enormes a su capacidad. Una patente a un ELISA o a un Western-Blot habria finalizado hace 10 años aproximadamente. Si hasta hace 10 años hubiéramos tenido que pagar por cada Western-Blot o ELISA que hacemos porque una compañia posee esa patente, qué hubiera sido de la ciencia? Si el genoma humano hubiera sido patentado…¿podriamos usar ahora UniGENE, ENSEMBL, MEME Suite, por citar algunas entre las decenas de bases de datos de analisis genéticos? Seguramente toda esa eclosión de herramientas habria sido imposible.

Entonces… ¿por qué los cientificos, que abrazan el Open Access, tienen las patentes entre sus objetivos?. Por lo mismo por lo que abrazan el Open Access pero con una confusión en el medio. Las patentes forman parte de los «requisitos» de los gobiernos para que un grupo sea financiado (es decir, el imperativo institucional). Y los cientificos creen que las patentes incrementan su reputación por ese mismo motivo (y porque les da dinero cuantificable). Si no fuera por esas dos cosas los cientificos no gastarian ni un minuto de burocracia en patentar. Pero si ha quedado mas o menos claro que, desde el punto de vista utilitario, como el Open Access, la consecución de patentes no es, en absoluto, beneficiosa para el científico, además, nos queda el otro argumento. El ideológico. Que, no sabemos por qué extraña circunstancia, en este caso, no sigue la lógica que las instituciones y los propios científicos aplican al Open Access. No hay que olvidarse que la ciencia se paga, mayoritariamente, con dinero público y de fundaciones. El objetivo de la ciencia y el motivo por el que recibe dinero publico no es que los cientificos vivan mejor y se puedan financiar de otra manera (como apunta el comentario de «Debate Interno»). El motivo es mejorar la vida de la gente. Y por eso, si la divulgacion de los hallazgos ha de ser gratis para no pagar dos veces lo mismo, lo mismo vale para el producto de los hallazgos. Para el propio hallazgo. Es inmoral que una molécula descubierta con esfuerzo público (o descubierta gracias a la ingente cantidad de información generada por el esfuerzo público, por el comunismo de los científicos) sea patentada, la patente comprada por una empresa especializada y repagada de nuevo a precio desorbitado por aquellos que la financiaron en primera instancia. Por ponerlo claro: Si la integrina alfa-4 se descubre gracias a becas publicas y se ensaya y demuestra efectivo su bloqueo en ratones con «esclerosis multiple» gracias a becas publicas, ¿por qué ahora hay que pagar 30000 dolares cada año por cada paciente tratado con dicha aproximación?. Hay mas de 100.000 pacientes con esclerosis multiple tratados con natalizumab, echad cuentas anuales solo para una enfermedad y un tratamiento. Además, si patentar no sólo no acelera sino que frena dramáticamente la innovación, ¿no le estamos dando dos patadas a la vez a quienes financian la ciencia que no son otros que sus beneficiarios finales, los ciudadanos? Frenamos los hallazgos y se los hacemos pagar a precio privativo. Exactamente la lógica contraria a lo que aplaudimos con el Open Access.

La batalla de acabar con las patentes se libra en la ciencia. Porque los científicos saben que la innovacion no depende de que se proteja la posición del innovador artificialmente mediante un monopolio, sino precisamente de todo lo contrario, de que no se proteja la posicion de ninguna manera más que la generación de mas innovación. Si los cientificos, paradigma clásico de lo que la sociedad entiende por innovar (lo siento por el software), abrazan el Open Access y rechazan las patentes, el resto de ámbitos caerán sin remedio. El exitoso experimento de un mundo sin patentes será adoptado por el resto de ámbitos (no sin lucha, la lucha de las rentas, obviamente). La economia puede dar el argumento teórico pero la ciencia aportará el experimento real de cómo basar el progreso en la innovación competitiva y la remuneración en la reputación. Pero para eso hay que convencer a los científicos. Y los científicos no suelen atender a ideologías. Suelen atender a razones y, si, a mandatos y baremos institucionales. Así que ya sabemos dónde hay que librar la batalla por una ciencia hacker. En nombre de la innovación pero, sobre todo, en nombre de quien la financia.

querolus

27 comentarios

  1. Pues precisamente esta noche cenaba con un ex-compañero que justamente anda finalizando su doctorado y me comentaba que en ese laboratorio hay nuevamente un frenesí de patentes (que hacía unos años estaba aletargado) que él no entiende en absoluto (y yo tampoco, y tú tampoco…) pero que el señor que dirige el grupo (y que vela por la viabilidad de financiación de futuros proyectos) no hace más que buscar, presionando a todo los miembros con la idea. Seguramente sea inevitable, pero desde luego no lo entendíamos. (Y tras la tercera cerveza mucho menos, claro :P)

    Sólo eso… gran timing. Porque por lo demás, poco tengo que refutar… más bien sumarme (a mi pesar) a lo que me comentas. Esperemos que la cosa cambie en el tiempo por venir.

  2. Más allá de las razones y las ideologías la universidad es un lugar tradicional de captura de rentas. El frenesí patentador que comenta Jose es parte del azuzamiento de la lucha por rentas en un momento en que papá estado recorta lo que reparte. Hay menos y para conseguir algo hay que mejorar «indicadores» que el estado usa, por vacíos que estén y por mucho que cada vez indiquen menos… y todos lo sepan.

    Creo que el punto de ruptura está en desarrrollar alternativas reales a la universidad napoleónica. Alternativas que generen innovación real y libre y que compitan por los que de verdad quieren aprender y descubrir y no tanto «hacer carrera académica». Evidentemente generar esas condiciones no es ni fácil ni gratis en un principio… pero como sabes, en eso estamos. 🙂

  3. Desde luego… las patentes son un indicador de calidad para conseguir becas o proyectos. Porque los indicadores de calidad los hacen esos gestores que estudian en las conocidas escuelas de negocios que la universidad debe generar SpinOffs y patentar. Por eso digo que, si los científicos han entendido que el Open Access incrementa el impacto (por no decir que es mas justo), tambien entenderán que las spin-offs no requieren de una patente. Los gestores piensan que lo que genera dinero en la ciencia son las patentes. Y lo que genera dinero es la «expertise» que hay detrás del hallazgo que lleva a una patente. Mientras las empresas y los gestores científicos no entiendan eso mal vamos. Por eso digo que, como los científicos si que atienden a razones, empezar a cambiar su mentalidad y enfrentarles a la contradicción que supone apoyar el Open Access y, a la vez, pelear por patentar, es fundamental.

  4. Enhorabuena por este blog, un oasis entre palmeras de quejas sobre la ciencia.
    Para estar plenamente de acuerdo, debería hacerse todo el desarrollo de la nueva molécula y sus costosísimos ensayos con financiación pública: pequeña pega que puede dinamitar la consecución de la propuesta de este artículo, sobre todo en la actual crisis… Probar el bloqueo de una integrina en el ratón está a años luz de la costosísima traslación y aplicación del anticuerpo en clínica, para lo cual los fondos públicos españoles ya lo habían empiezado a intentar pero son ahora claramente insuficientes y de muy dudosa continuidad.

    • Antes de nada. muchas gracias por el comentario.
      Esa misma discusión tuve con «Debate Interno» por email…
      La respuesta está en que los ensayos costosisimos pagados por la industria realmente son una minoria dentro de todos los ensayos y tratamientos que se aplican en medicina.
      Pondre un ejemplo concreto de mi campo. La miastenia gravis es una enfermedad relativamente frecuente. No hay ni un solo ensayo clinico aleatorizado pagado por la industria que demuestre la eficacia de los fármacos mas utilizados en su tratamiento. A pesar de ello el tratamiento de la miastenia es francamente eficaz, incluyendo anticuerpos monoclonales (Rituximab) en su regimen terapeutico. Para especifcar mas… El Rituximab está a punto de perder la patente. La empresa que lo comercializa no va a hacer ningun ensayo (ni en esta enfermedad ni en ninguna otra: ver otro post de mi cosecha). Sin embargo hay ensayos en marcha, para esas enfermedades y para otras, con dicho fármaco. Pagados con dinero público o de fundaciones. Osea, que el negocio es win-win. Mientras el fármaco es enormemente rentable por el monopolio legal, se financian ensayos por la empresa. Cuando ya no lo es tanto o implica un cierto riesgo es el Estado o las fundaciones las que pagan por dicho ensayo y le hacen el trabajo arriesgado a la empresa (que será la que venda el fármaco si sale el ensayo positivo).
      Como digo, hoy en dia hay muchisimas enfermedades en las que no se hacen esos ensayos de los que presume la industria y en las que se investiga satisfactoriamente. Pero además, el dinero que las farmacéuticas estiman para «rentabilizar un farmaco» incluye:
      – Gastos de marketing (que se aproximan en algunos casos al 30% del total)
      – Farmacos que no aportan nada (ramipril, lisinopril, perindidopril…todos para lo mismo, ninguna ventaja adicional a enalapril)
      – Bonus y dividendos… estamos intentando «disipar las rentas»
      Por no decir que, si los medicos son capaces de hacer ensayos clinicos sin cobrar un duro personalmente en los ensayos patrocinados por el NIH o el ISCIII o asociaciones de pacientes o fundaciones, no hay por qué pensar que el actual modelo standard de ensayo clínico (el lucrativo para el médico, realizaco por empresa farmacéutica y con infraestructura de CRO) es el único posible. Se puede generar una infraestructura publica estable de apoyo a ensayos clínicos seleccionando los ensayos por su potencial beneficio clinico (igual que las evaluaciones de los proyectos de investigacion, mediante peer-review previo) y no por su potencial beneficio economico.
      La trampa está en pensar que todos los ensayos clinicos los llevan a cabo las farmacéuticas y por eso son imprescindibles. Cuando no sólo es falso sino que, en muchas ocasiones, esos ensayos, con especial razón los que les salen negativos, no son publicados. Generando, no sólo nada de valor añadido, sino confusión y sesgo.

      Que siga el debate. Un saludo

    • Si nos limitamos al mundo de la ciencia, hay que reconocer que al menos desde el punto de vista de la I+D llevada a cabo por las empresas las patentes juegan un papel muy importante a la hora de proteger sus inversiones. Que después las rentas capturadas por las mismas sean excesivas y en algunos casos sangrantes pues algo se podría y debería modular. Por ejemplo permitiendo el acceso a las mismas a paises con menos recursos, o limitar la vigencia de las mismas. Seguirían invirtiendo las empresas en I+D si no tuvieran alguna manera de sacar beneficio? Y recordemos que a una empresa no le basta con el reconocimiento general, tiene que pagar sueldos, hacer edificios, y claro tener contentos a sus accionistas. En mi campo, biologia de plantas, Monsanto y otras han contribuido al desarrollo de las plantas transgénicas, principalmente porque son las únicas que pueden hacer frente a todos los carísimas tests que tienen que pasar las transgénicas (thanks Greenpeace!). La pena es que no suelten prenda de gran parte de lo que hacen.
      En fin, que haciendo ciencia hay mucha gente, unos pagados por universidades, centros públicos, etc otros pagados por empresas. Quizás la analogía que haces entre publicaciones y patentes sea posible en el primer caso… en el segundo caso las motivaciones de la ciencia que se lleva a cabo son muy diferentes. Me gustaría que fuera de otra manera, pero si acabamos con las patentes habrá que encontrar otra alternativa para defender las motivaciones de las empresas que hacen I+D, que faltaría más, están en su derecho y en su deber de proponer y desarrollar ideas para solucionar problemas (más o menos importantes) y de paso sacar dinero con ello.

      • Vamos a ver si no me extiendo demasiado…

        Lo ilustrare con un ejemplo. En el mundo del software hay empresas que toman/usan/mejoran/patentan software, empresas que toman/usan/innovan/devulven al procomun software y anonimos y fundaciones que toman/usan/mejoran/devuelven al procomun software. Con eso quiero decir:

        1. No es necesario que existan las patentes o aprovecharse de su existencia para innovar.
        2. No sólo los que patentan innovan ni lo hacen mejor
        3. Los que patentan/innovan lo hacen desde un procomún pre-existente a la innovación por el que no pagan royalties a nadie.

        La segunda cuestion es que, si una patente da una ventaja artificial desmesurada, el objetivo de la empresa no es innovar, es patentar. Que no es lo mismo. Otro ejemplo. En el procomún existe el enalapril que alguien se encargó de crear e investigar para la hipertension. Una empresa X lo coge le cambia un grupo amilo por uno metilo (por decir algo, algo que no cambie mucho la molecula), es decir, «innova». Lo llama perindopril. Lo patenta (porque ese es el objetivo). Lo vende a un precio entre 5 y 10 veces superior que la molecula original. Se gasta una pasta en marketing (congresos, bolis, en USA anuncios en la TV, la radio…). El Estado lo financia. Negocio redondo durante 30 años. Si alguien quiere hacer un ensayo para el perindopril en la hipertension sistolica sólo (por poner un ejemplo) tiene que pedir permiso a la empresa que, muchas veces, dice que no, no vaya a ser que salga negativo. Es decir, como decia en el post del antroposcopio de «el comunismo de los cientificos», con la existencia de patentes, la adición de una parte marginal de conocimiento, reporta unos beneficios enormes para la innovación conseguida. En este caso, la adición de un grupo metilo hace que una empresa se pueda aprovechar en exclusiva de su innovación y de todas las innovaciones previas que llevaron a que naciera el enalapril.

        Lo mejor de todo es que, en la mayor parte de las ocasiones, esas innovaciones previas se pagan con dinero publico (procomun). La contestacion mas frecuente es que sin las empresas no habria ensayos clínicos (esto se puede extrapolar a cualquier ambito, ya hemos visto el software). Pues me he dedicado un rato a mirar los ensayos clinicos… en la pagina de clinicaltrials.gov se puede hacer busqueda selectiva dependiendo de si el financiador es la industria u otros (fundaciones o instituciones publicas). En esclerosis multiple, enfermedad paradigma del beneficio farmacéutico, cuando buscas ensayos en marcha hay 80 ensayos patrocinados por la industria. Contra 109 públicos.

        En Alzheimer hay 86 de la industria, 146 publicos…

        Migraña, 35 vs 62 …

        Carcinoma escamoso 96 vs 209…

        Y asi hasta el infinito…

        Osea, la industria es imprescindible para el desarrollo, comercializacion, marketing. Pero, como demuestra el software libre y todas esas farmacéuticas de pequeño tamaño dedicadas a vender genéricos, no es necesario que existan las patentes para que exista negocio. Y, mucho menos, para que exista innovacion.

  5. Voy a hacer un comentario cortito:
    Creo que si una persona hace un descubrimiento que puede ser patentado en un grupo de investigacion, eso le puede proveer al grupo de dinero como para poder investigar con mejores equipos y condiciones de lugar, personal y reactivos. En general es bastante dificil en algunos temas de investigación llegar hasta el producto final, requiere muchos años de trabajo y esfuerzo en un tema de investigación. Cuando el grupo alcanza ese potencial, si puede patentar consigue también dinero para investigar con menos problemas, y ya no tiene que renegar con los pedidos de subsidios que llevan tanto tiempo burocrático y que deben justificarse tan meticulosamente. Qué grupo de investigación no desearía tener recursos para investigar con plena libertad en su tema? Por otro lado yo lo veo como una posibilidad de catapulta, pero luego ya es decisión del grupo si sus productos futuros necesitaran o no ser patentados, o creará una fundación, como hacen muchos.

    • Vistos los comentarios, y vista la argumentación que haría un señor favorable a las propuestas («No sólo son aceptables científicamente y útiles como promotoras de innovación, sino que son un objetivo científico»), me pregunto qué dirían esos mismos científicos si tuvieran la tabla periódica patentada y tuvieran que pagar por su uso y divulgación. La patente es una farsa.

      • Exactamente… lo bueno es que ls cientificos se plantean lo que hacen desde un punto de vista utilitario (y no tanto ético). A un cientifico le gusta investigar, no la burocracia. Por eso creo que, si nos esforzamos en desmentir esos mitos, las patentes tienen los dias contados. Y, como digo, si el mundo cientifico demuestra que la innovación es mucho mayor sin patentes, el resto de ambitos en los que las patentes son un lastre, tendrán argumentos muy poderosos para abandonar su defensa.

    • Hola Dana,

      La idea que pretendo transmitir en el post intenta, precisamente, tratar de contrarrestar esa actitud de los científicos que, desgraciadamente, está bastante extendida. Brevemente tambien, te contestaré a tu argumento:

      – La primera razón para desmontar el uso de patentes en los hallazgos científicos es, como digo, utilitaria. Por el interés del propio científico. Si un hallazgo es bueno, el no patentarlo hará que se extienda más rápidamente y le reportará al cientifico reputación (citas, factor de impacto, colaboraciones…). Que, no olvidemos, es de lo que vive (no vive de las patentes ningún científico). Además de por su propio interés directo está el indirecto… si todos los cientificios patentan sus hallazgos, no podremos usar (sino pagando) los hallazgos de otros. Yo use el ejemplo del Western Blot o del ELISA. Pero, como dice Gonzalo… ¿qué hubiera pasado si la tabla periodica se hubiera patentado)¿O, mejor, qué pasaria si el NIH patentara PubMed y hubiera que suscribirse pagando para usarlo? Pues que el progreso de la ciencia sería muchisimo mas lento. Coge cualquier herramienta libre que quieras y aplica el mismo baremo y verás lo dañinas que pueden ser las patentes para la innovacion.

      – La segunda es ética. Desde el momento en que quien nos paga son los ciudadanos (muy mayoritariamente el dinero de la ciencia sale de entidades publicas y fundaciones), y esos ciudadanos quieren que la ciencia avance lo mas deprisa posible, la mejor manera de que eso suceda es que no se restrinjan dichos hallazgos. La ciencia la hacen los cientificos. Los «grupos» que dices tú. Pero no lo olvidemos, esos «grupos», todos nosotros, hacemos ciencia porque la sociedad ha considerado que eso es útil para ellos y nos financia pagando impuestos. Por tanto el beneficio de que nosotros hagamos ciencia no debe ser para nosotros. Es para nuestros «accionistas». Y nuestros dividendos los pagamos devolviendo el producto de nuestro hallazgo al procomún, a nuestros financiadores. Esto es algo que muchos científicos han dejado de pensar, para quien trabajan en realidad. No es para el CSIC, no es para el Hospital Clinic de Barcelona. Es para los ciudadanos que, con sus impuestos, pagan esas instituciones. Por tanto el beneficio ha de volver a los ciudadanos gratis. Sólo faltaria.

      Por tanto, sea por justicia o por interés, los cientificos tenemos que cambiar nuestra actitud, desde la justificacion de la patente o incluso su deseo, a la abolición completa. En eso estamos.

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