El diario Público hace hoy un reportaje espléndido sobre algunas cuestiones clave que ayudarían a mejorar nuestra democracia, con sus pros y contras. Básicamente son ideas que coinciden con las cuatro propuestas para mejorar la democracia de Nacho Escolar y el consenso de mínimos planteado por los propios acampados y en las que, en pleno momento álgido, yo mismo me planteé (debe ser porque, de lógicas y necesarias, es inevitable pensarlas). Sin embargo, en las propuestas de Público (igual que en las de Escolar), para mí faltan las relativas a la separación de poderes, especialmente la mejora de la Justicia, tanto en su independencia (clave para luchar contra la corrupción) como en su agilidad (imprescindible para que sea verdadera Justicia).

Siempre se tiende a pensar en democracia como todo aquello relativo a la representación y participación, pero falta el otro pilar fundamental, muy desarreglado también, que es la resolución efectiva de los conflictos en base a las leyes emanadas del pueblo, ya que sin esa ejecución efectiva de nada vale todo el cambio en el sistema representativo. Que, como publica El Pais hoy (y ayer el Periodico de Cataluña), haya una comunión casi masiva de la población con las reivindicaciones de los acampados, indica que las propuestas son factibles, probablemente inevitables. Ya que ese otro poder está muy mermado en su independencia y efectividad, al menos no lo olvidemos.