En los últimos días se ha dado un debate interesantísimo en la Bitácora de la Sociedad de las Indias Electrónicas sobre la relevancia del movimiento #acampadasol o #15M. La idea fundamental de las críticas es que, sin que haya habido proceso deliberativo previo, necesario para la concreción de unas ideas que después puedan ser reivindicadas, el movimiento sólo se aglutina por la rabia de una generación que ha perdido estatus. La argumentación es impecable y cualquier análisis que venga de David de Ugarte y la gente a su alrededor debe ser tenido en cuenta, sin duda, por cualquiera que pretenda una cambio social con la red como medio.

Sin embargo yo tengo un par de críticas al análisis que en la bitácora de Las Indias se realiza ya que creo que si que hay elementos rescatables en dichas movilizaciones, aunque tenga una sensación agridulce de fondo. Dado que he probado diversas maneras de comentar dichas críticas en la propia bitácora y no consigo hacerlo las plasmo en mi propia bitácora para quien quiera seguir el debate. Este es mi comentario al mencionado post (y a otros en la misma línea de los pertenecientes a Las Indias:

yo, llegado este punto de lectura de vuestas reflexiones, he de confesar casi avergonzado, que acudí a manifestar mi descontento, guiado por «ese sentimiento» general del que habláis. Sin previo debate, sin propuestas concretas. Llegué y me pasó lo que vosotros ya intuíais, sin estar: que no hay propuestas, que mayoritariamente se trata de rabia no canalizada, que las ideas mas novedosas eran del siglo pasado (como mínimo) y que los que mayores ovaciones (adhesiones) recibían era por proponer cosas directamente intolerables en mi ideario (del Reiki a las teorías de la farmaconspiración). Una hora debatiendo en Asamblea sobre un huerto urbano fue duro de veras…

Sin embargo, es verdad que el debate se dió tarde, pero se dió in situ. Y se llegó a ese consenso de mínimos (muy mínimos), que me hace discrepar (y eso es muy dificil con vosotros) de vuestra visión en dos cosas fundamentales.
La primera en el análisis: Allí no hay nadie que haya oido qué es una filé o cuáles son las causas de la descomposición de los estados nacionales y sus repercusiones. Allí hay propuestas para el sistema en el que todavía hoy vivimos. Seguro que se quedan cortas, pero, en mi opinión, el ánimo (al menos el voluntario y consciente) no es sustituir a los que hay. No hay ninguna cabeza visible, nadie que pretenda arrogarse nada. No hay banderas, ni ánimo de presentarse a elecciones. Hay ganas de, mediante las herramientas de los, aunque nos pese, todavía vigentes estados nacionales, dotar de mayor transparencia al estado, de optimizar su representatividad, de mejorar sus propios sistemas de eliminación de parásitos y, lo que es mas importante, preservar su neutralidad como poder en los asuntos (que deberían ser) estrictamente ciudadanos (la red, por ejemplo). Sería bonito que calase la ética hacker… sí, pero no se habla de eso. Se habla de cómo mejorar el todavía vigente estado nacional. Podéis ver cómo el consenso de mínimos no incluye alusión alguna a la economía. Es decir, parece que el «debate in situ» ha llevado a consensuar que las propuestas iniciales de DRY/Juventud sin futuro quizá no tuvieran sentido hoy día (lo de la vivienda, lo de los bancos, etc). Sólo lo tendran (por el momento) algunas reformas estructurales. El propio The Economist resalta esta semana que quizá en la reforma electoral haya batalla necesaria que librar…

La segunda discrepancia es respecto a el cómo de las críticas hacia el movimiento. Lo primero es que, en las primaveras árabes, o en los Balcanes de ninguna manera sucedió algo diferente en cuanto a reivindicaciones. Quizá se produjera un proceso deliberativo previo, pero no veo que en esos países la gente estuviera en un «modo» diferente al de los de Sol… Salvando distancias insalvables posiblemente, en Tunez no se perseguía la abolición de un sistema económico «paternalista», se pretendía, y así se consiguió, cambiar a los gestores de ese sistema. En los Balcanes no tenemos ninguna utopía anárquica modelo Nozick, tenemos estados nacionales…mas pequeñitos, probablemente menos opresivos. Es decir, lo que pretendían esos «ejemplos» de revolución era modificar su propio sistema, cambiarlo hacia uno mas representativo, menos clientelar quizá… exactamente lo que, al menos en apariencia, pretenden los de Sol. Con todas las diferencias que se quieran en nivel previo de «opresión» y miseria. Del mismo modo no veo por qué las manifestaciones de los jóvenes de Portugal (http://deugarte.com/geracao-a-rasca) merecen trato diferenciado a éstas en España. No veo la diferencia, quizá la haya, pero no la veo. En ninguno de esos tres ejemplos las reivindicaciones pasan por cambiar el modo de vida del propio reivindicador, sino de cambiar el sistema nacional por uno que, sin dejar de ser nacional, burocrático, clientelar, etc. etc, sea un poco mas democrático (en el sentido clásico de democracia).

Osea que, con todo lo mejorable que tiene el movimiento, al final, al margen de que, probablemente, haya actitudes vitales mas constructivas, mas modernas y que proporcionen mayor recompensa vital, de momento, empezar por pedirle al vigente estado una mayor representatividad, justicia, transparencia y neutralidad no es moco de pavo. A su tiempo aparecerá la ética hacker…

Un placer leeros, en serio. No me canso de hablar y escribir sobre vosotros…

PD: como chascarrillo final, si me permitís… no me puedo creer que no discrepeis entre vosotros ni un ápice… y si es así, entonces estaría bien ver en el feed ese proceso deliberativo que os lleva a tener una posición pública común.