El jaleo reivindicativo de las últimas se semanas ha hecho que algunos nos acordemos de MedOviedo. MedOviedo, como estructura, era un mas-bien-cutre foro, hecho mediante una plantilla de YabbSE (que veo, ha desaparecido), un tipo de plantilla de foros estilo phpbb,  sin grandes alardes estéticos.

Tenía una estructura en categorías y sub-categorías de discusión que lo hacáa relativamente manejable y que permitía saber con facilidad si había temas y posts nuevos o no. Nació como idea en una Asamblea de la facultad de Medicina, en algún momento del curso 2002-2003 y pretendía ser un foro de discusión de problemas de la facultad y de colaboraciones variadas. Nació como herramienta, no como sitio de encuentro. Todo contenido era voluntario y requería de un cierto esfuerzo: entrar, leer, escribir. Es decir, necesariamente suponía interacción y, sobre todo, deliberación. Llegó a tener 150 usuarios (en una facultad que no llegaba a los 600). Como en cualquier comunidad real los miembros se conocían entre si y, cuando no, se utilizó para organizar eventos que sirvieran para ponerle cara a aquellos que todavía no la tenían. Como todo foro que se precie también tenía sus trolls. Había gente más activa y menos activa, gente más participativa en política y gente que proponía mini-relatos colaborativos.

Como decía, empezó siendo una herramienta que agilizara el debate asambleario y que generara una comunidad deliberativa constante, y no reducida a las 2 horas que, como mucho, duraba una asamblea. Pero acabó siendo él mismo una comunidad que, en casos puntuales, desbordó los limites geográficos de la facultad de Medicina de Oviedo (para lo que fue creado) incluyendo a gente de intereses similares pero ubicación diferente. Es decir, al final generó una comunidad transversal que, por la lógica de la red, sumó gente distante pero afín. Una comunidad a la que no unen lazos geográficos sino el debate. Probablemente los foros más activos fueran los de política, pero sirvió para recomendar conciertos, discos o libros, sirvió para escribir libremente de cualquier cosa, sirvió para organizar eventos, reivindicativos y lúdicos, sirvió para integrar a los estudiantes que entraban casi desde el primer día, para debatir posturas, para comentar el fútbol… En algún momento fue complementado por un canal de IRC que, en momentos álgidos, podía sumar bastante gente de forma simultánea… A algunos nos permitió conocer a gente interesantísima con la que jamás habríamos interactuado de no haber existido…

En MedOviedo no había posibilidad de insertar vídeos, ni de votar, ni de subir fotos. Era imposible el voyeurismo de facebook. La participación requería, casi necesariamente, cierto grado de compromiso. Algo habría de Pajarú, pero, al menos, requería leer algo mas de 140 caracteres. En mi caso recuerdo perfectamente las ganas de llegar a casa para ver si alguien había contestado alguno de los posts. Y las ganas de discutir y las ganas de recomendar. Y recuerdo haberme reído solo en la habitación. Que mi madre pensara que estaba loco. Recuerdo, sobre todo, haber pasado muchas horas escribiendo…La comunidad real, por ley de vida, desapareció. Se perdieron los enlaces que daban consistencia a una red no muy resiliente y MedOviedo, de forma bastante abrupta, se acabó. Se convirtió en un foro desierto, lleno de mensajes de spam y, por no verlo así, acabamos cerrándolo.Con él se perdieron los miles de posts que habían sido escritos y las muchísimas horas de conversación que allí pasamos unos cuantos.

Es probable que en su final jugara un papel importante que se disolviera el grupo mas activo, pero estoy convencido de que la llamada re-centralización de la web tuvo un papel destacado. Aparecieron paginas de colores, con fotos, vídeos, grupos y «me gustan». Y, a lo mejor, pensaréis que no tiene nada que ver pero cuando uno cree que subiendo fotos o vídeos  o compartiendo enlaces está interactuando con sus contactos, obviamente, no lo hace en otro sitio, y menos si este otro sitio le supone mayor esfuerzo.  Resulta que ese nivel de interacción no genera prácticamente valor añadido, no fomenta el debate (la contaminación de las ideas propias) y reduce el papel del internauta a algo que querríamos tener superado tras la era de la televisión, que es el rol de telespectador. Si la disolución de la comunidad que le daba sustento pudo se importante, sin duda, la aparición de formas alternativas de interacción le dio la estocada. A nosotros ya nos dio igual, pero a posteriori, a mi me da que pensar que si eso ha sido así a pequeña escala, qué habrá podido pasar a gran escala. Cuántas pequeñas ágoras se habrán perdido en la vorágine centralizadora.

Sin embargo, ahora existe otro MedOviedo. De otra manera, pero está bien que exista, que genere comunidad de nuevo, algo en torno a lo que aglutinar a la gente. Una referencia. Y, además de MedOviedo, quedan algunos hijos cibernéticos del germen inicial de MedOviedo y, mejor aún, se encuentran por la red, pero mucho mayores, algunos de los nodos (Adrastea_Quiesce, JesusLion, Vega, Querolus…) que formaron parte de aquél ciber-med-activismo incipiente y que, de una u otra manera, estuvieron vinculados con el propio MedOviedo y que hacen pensar que se puede re-construir la red. Al menos en parte.

Estos días de reivindicaciones trajeron MedOviedo a colación… Entre otras cosas porque, en una plaza de una ciudad remota a la geografía original de MedOviedo, se juntaron, de casualidad y sin saber los unos de los otros, hasta 5 de sus antiguos habitantes. Justo en una plaza que acaba de covertirse en ágora…en asamblea. En foro. Y volvimos a casa y quisimos comentar la jugada pero lo único que pudimos hacer fue enviar 140 caracteres, recordando a MedOviedo.